jueves, 14 de noviembre de 2013

Día 12: El enemigo favorito al que te has enfrentado

¡Je! El Desafío no especifica que el enemigo tenga que ser un personaje. En un principio había pensado en un PNJ de una partida de D&D que no era un enemigo al uso pero al que todos los jugadores odiábamos por cómo lo llevaba el máster, iba de sobrado por la campaña, demostrándolo en cada aventura, como una especie de Deus Ex Machina, Silvaras se llamaba, tenía un anillo como rasgo propio que lo hacía fácil de identificar, y que nosotros llamábamos el "Anillo Capaniveles" que adquirió la leyenda de que siempre lo llevaba porque si se lo quitase sería capaz de vencer hasta a los dioses, pero bueno, eso es otra historia para otra entrada, siempre me voy por las ramas, como me gusta esto de trepar ¡Maldición!
¡Maquetación de última tendencia hoyga!
Voy a centrar la entrada en algo impersonal, concretamente en una Mazmorra que muchos jugadores y Dungeon Másters conoceréis, La Tumba de los Horrores. Una maravilla que parece sacada de la enferma mente de un sociópata esquizofrénico si se saca del contexto en el que fue diseñada, es decir, atendiendo a la época rolera en el que fue publicada (1975-1978) y entendiendo los gustos de su creador (Táctica, cautela y una vara de 10 pies), uno de los creadores de D&D, Gary Gygax. Para que sepais a grandes rasgos lo que es este módulo aquí encontraréis un resumen muy adecuado y claro.
"¡Uy! ¿Cuanta neblina no Paco?" "Si, si, oye Manuel, y si
nos metemos por la boca de esa puerta con forma de
cara de demonio?" "Vale, que la neblina tiene muy
mala pinta, la carucha verde mejor..."
Fueron sus últimas palabras...
Dejadme decir, antes de nada, que me gusta esa Mazmorra al contrario que a Velasco, siempre que se observe en su contexto y se juegue sabiendo a lo que se va, que es a morir, así a grandes rasgos. La considero uno de los enemigos favoritos porque es un tipo de enemigo impersonal, sin emociones, en la línea de los propios dados con los que se juega a rol, es un enemigo que no va a llorar ni tener que dar explicaciones si te tritura a tu paladín de nivel 13 con todo el cariño y años de partidas que tiene detrás ¡Como que es una Mazmorra cojona!
Venga valiente ¡Juégatela!
La cuestión aquí, a mi entender es que la Mazmorra en sí no está concebida para meterla en ninguna campaña por mucho que la gente se empeñe en explicar cómo podría hacerse. Debería ser lo que se suele llamar un One Shot para jugar en una o dos sesiones locas en las que apetezca un poco desfogar de la partida habitual sin preocuparse demasiado por tu personaje y sí con muchas ganas de ir en contra de retos cuasi-imposibles. Yo creo que la gente tiene una mala idea de esta aventura precisamente porque la enfoca mal, independientemente de si tiene o no sentido, que eso ya va con la opinión de cada cual.

A ver si con esto les meto ganas de probarla a mis jugadores en una sesión de locurón.

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